Lo Ultimo

Familiares tóxicos: Un obstáculo en mi camino como autista adulto




Ser autista adulto no es fácil. Navegar por un mundo diseñado para neurotípicos presenta desafíos constantes, desde las interacciones sociales hasta la sobrecarga sensorial. Pero si a esto le sumamos la presencia de familiares tóxicos, la carga se vuelve aún más pesada.

En mi caso, convivir con familiares que no comprenden mi condición, que minimizan mis necesidades y constantemente me juzgan, ha sido una fuente de dolor y frustración constante. Sus comentarios sarcásticos, su falta de empatía y su insistencia en que "me comporte como una persona normal" me hacen sentir incomprendido y solo.

Su actitud genera en mí una ansiedad constante, dificultando mi capacidad para concentrarme en mis tareas y disfrutar de mis intereses. Me siento como si tuviera que estar constantemente en guardia, preparándome para el próximo ataque o comentario hiriente.

Es por esto que he tenido que aprender a establecer límites claros con ellos. He limitado mi contacto, he aprendido a ignorar sus comentarios y he buscado apoyo en otros lugares, como en grupos de apoyo para personas autistas o en terapia individual.

No ha sido fácil, pero poco a poco he aprendido a proteger mi salud mental y a construir una vida que me haga feliz. He aprendido que no puedo cambiar a mi familia, pero sí puedo controlar cómo me afecta su comportamiento.

Ser autista adulto con familiares tóxicos es una realidad que muchos de nosotros enfrentamos. No es una situación ideal, pero con la ayuda adecuada y el desarrollo de estrategias de afrontamiento, podemos construir una vida plena y significativa.

Siempre me digo esto:

No estoy solo. Hay muchas personas autistas que han pasado por experiencias similares.

No es mi culpa. Los familiares que tengo son los responsables de su propio comportamiento.

Tienes derecho a establecer límites y proteger tu salud mental.

No me rindas. Con esfuerzo y determinación, puedes superar este obstáculo y construir una vida feliz y plena.

Att. Ángel Salcedo