Sintiendo el mundo a un ritmo diferente: Hiper e hiposensibilidades en el autismo
ÁNGEL SALCEDO - Mis sentidos han sido siempre más sensibles, a veces de forma abrumadora, otras veces de una manera mágica y fascinante.
Hiperestesia: Un mundo amplificado
Para mí, los sonidos pueden ser ensordecedores, las luces cegadoras y los olores nauseabundos. La ropa áspera puede irritar mi piel, y el sabor de ciertos alimentos me resulta insoportable. He aprendido a lidiar con estas hiperestusias, creando mi propio refugio sensorial, un espacio tranquilo y libre de estímulos excesivos.
Hipoestesia: Buscando la intensidad
Sin embargo, no todas mis sensibilidades son extremas. A veces, necesito buscar estímulos intensos para sentirme conectado con el mundo. Disfruto de la música a un volumen alto, de la textura áspera de ciertos objetos y de la sensación del viento en mi rostro. He descubierto que estas experiencias me ayudan a concentrarme y a sentirme más vivo.
Mi viaje con las hiper e hiposensibilidades ha sido un proceso de autodescubrimiento. He aprendido a reconocer mis límites y a crear un entorno que se adapte a mis necesidades sensoriales. He descubierto que mis sensibilidades, tanto las altas como las bajas, forman parte de mi identidad autista y me permiten experimentar el mundo de una manera única y enriquecedora.
Las hiper e hiposensibilidades son una parte común del autismo. No son algo que deba ser avergonzado o temido. Son simplemente una forma diferente de experimentar el mundo.
A los niños y jóvenes autistas que me leen, les quiero decir esto: No hay nada de malo en ser diferente. Como dice una frase del siglo XIV ¨Abrazad vuestras sensibilidades y utilizadlas para explorar el mundo de una manera que os haga sentir felices y completos¨.