Ser autista en una sociedad que infantiliza
ÁNGEL SALCEDO - En una sociedad que a menudo infantiliza a las personas autistas, he tenido que luchar por ser escuchado y tomado en serio. Mis opiniones han sido desestimadas, mis habilidades subestimadas y mis emociones minimizadas.
He vivido situaciones incómodas y dolorosas, desde miradas indiscretas hasta comentarios hirientes. He sentido la frustración de no poder expresar mis ideas con claridad o de no ser comprendido en mis interacciones sociales.
Sin embargo, a pesar de estos desafíos, no me he rendido. He aprendido a navegar por las olas de la incomprensión, a encontrar mi voz y a defender mi lugar en el mundo.
Mi viaje hacia la autoaceptación ha sido largo y arduo. He tenido que aprender a amarme y aceptarme tal y como soy, con mis fortalezas y mis debilidades. He tenido que aprender a no dejarme definir por las opiniones de los demás.
He descubierto que mi autismo no me limita, sino que me hace único y especial. Me ha dado una forma diferente de ver el mundo, una sensibilidad profunda y una capacidad de concentración extraordinaria.
A los niños y jóvenes autistas que me leen, les quiero decir esto: no están solos. El camino puede ser difícil, pero no es imposible. Con el apoyo adecuado y la fuerza interior que todos llevamos dentro, podemos convertir nuestros desafíos en oportunidades de crecimiento.
Recuerden que somos seres únicos y valiosos para la sociedad, con mucho que ofrecer al mundo. No me rendiré y nunca lo haré, debemos luchas por nuestros sueños.