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Ser quien eres


ÁNGEL SALCEDO -
En un mundo que exalta la homogeneización y la conformidad, la idea de "ser único" puede sonar como una rebeldía,
una osadía. Pero para nosotros, los neurodivergentes, esta singularidad es la esencia de nuestro ser, la brújula que nos señala el norte hacia nuestro verdadero yo.

El camino hacia el autista que soy exige despojarme de las máscaras que la sociedad me ha impuesto. Es un proceso de deconstrucción, de desaprender las normas neurotípicas que me han limitado y fragmentado.

Significa abrazar mis rarezas, mis intereses peculiares, mis formas únicas de percibir y procesar el mundo. Es celebrar mi neurodiversidad sin vergüenza, sin miedo al rechazo o la incomprensión.

Sé que este viaje no estará exento de obstáculos. La sociedad neurotípica, en su afán por la uniformidad, intentará moldearme, encajarme en sus estrechos moldes. Habrá incomprensión, exclusión y tal vez, hasta ostracismo.

Pero estoy decidido a persistir. A nadar contracorriente, a construir mi propio camino, mi propia identidad autista. En este trayecto, encontraré la fuerza en la comunidad, en el apoyo de otros neurodivergentes que comparten mi lucha.

El diagnóstico de autismo, lejos de ser una etiqueta, se convierte en una pieza clave para reconstruir mi historia. Es la llave que abre las puertas a la comprensión de mi pasado, a la resignificación de mis experiencias y al redescubrimiento de mi verdadero yo.

Con esta nueva mirada, puedo analizar mis fortalezas y debilidades, mis luces y sombras, mis triunfos y fracasos, desde una perspectiva neuroafirmativa. Puedo abrazar mi neurodiversidad como una parte integral de mi ser, sin culpa ni vergüenza.

El autismo no es solo una condición, es una forma de ser, una manera única de existir en el mundo. Es la base sobre la cual construyo mi identidad, mi lugar en este universo.

Es un hábitat propio, un espacio donde puedo ser yo mismo sin reservas, sin miedos. Un refugio donde puedo explorar mis intereses, desarrollar mis talentos y conectar con otros neurodivergentes que comparten mi visión del mundo.

En este camino hacia el ser autista auténtico, afirmo con rotundidad:

  • El autismo es parte de mí, indivisible a mi personalidad. Es la razón de mi ser, de mi forma única de pensar, sentir y actuar.
  • Mis características autistas son mis fortalezas. Son la fuente de mi creatividad, mi intuición y mi capacidad para ver el mundo desde una perspectiva diferente.
  • Tengo derecho a existir tal y como soy. No debo disculparme por mi neurodiversidad ni esconderla.
  • Merezco un lugar en este mundo donde pueda ser yo mismo sin miedo al rechazo. Un lugar donde mi identidad autista sea valorada y respetada.

Soy uno, soy autista, y estoy orgulloso de serlo. Este es el inicio de mi viaje hacia la autenticidad, hacia el ser autista que debo ser. Un viaje lleno de desafíos, pero también de infinitas posibilidades.