Lo Ultimo

Hablando de El duelo autista




Si te confirman que eres autista, hay varias cosas que puedes hacer:

1. Aceptarte a ti mismo: Es importante que aprendas a aceptarte y valorarte tal y como eres. El autismo no es una enfermedad ni una discapacidad, sino una forma diferente de ser.

2. Buscar apoyo: Hay muchas personas y organizaciones que pueden ayudarte a entender el autismo y a desarrollar las habilidades que necesitas para vivir una vida plena.

3. Informarte: Cuanto más sepas sobre el autismo, mejor podrás entenderte a ti mismo y a tus necesidades. Hay muchos libros, artículos y sitios web que pueden ayudarte a aprender más sobre el autismo.

4. Unirse a grupos de apoyo: Unirse a un grupo de apoyo para personas autistas puede ser una excelente manera de conocer a otras personas que están pasando por lo mismo que tú.

5. Buscar ayuda profesional: Si tienes dificultades para vivir con el autismo, puedes buscar ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra con experiencia en el autismo.

El proceso de aceptar un diagnóstico de autismo puede ser difícil, pero también puede ser una oportunidad para descubrirte a ti mismo y a tus fortalezas.

Hablando en terminaos personales

Las interacciones sociales me resultaban confusas y agotadoras. En mi infancia, me refugiaba en mi propio mundo, fascinado por los patrones y las reglas, ajeno a las emociones y las conexiones humanas.

No fue hasta la adultez que recibí el diagnóstico de autismo. Como si una densa niebla se disipara, de repente pude comprender mi forma de ser. Sentí una mezcla de alivio y tristeza: alivio por entenderme a mí mismo, y tristeza por el tiempo perdido y las dificultades que había enfrentado sin saber por qué.

Comenzó entonces un proceso de duelo. Lloré por la infancia que nunca tuve, por las relaciones que no pude construir, por las oportunidades que se me escaparon. Lloré por la incomprensión de los demás, por el bullying que sufrí, por la soledad que me acompañó durante tanto tiempo.

Pero el duelo no fue solo tristeza. También fue un proceso de autodescubrimiento. Empecé a explorar mis intereses y talentos, a conectar con otras personas autistas, a construir una comunidad que me comprendía y me aceptaba. Aprendí a gestionar mis dificultades y a desarrollar mis fortalezas.

Con el tiempo, el duelo se transformó en aceptación. Acepté que soy autista, que mi forma de ser es válida y que tengo mucho que ofrecer al mundo. Aprendí a amarme a mí mismo, con mis luces y mis sombras.

Hoy en día, soy un adulto autista feliz y orgulloso. He aprendido a vivir con mis diferencias y a convertirlas en fortalezas. He encontrado mi lugar en el mundo y estoy decidido a contribuir a una sociedad más comprensiva e inclusiva.

Mi viaje no ha sido fácil, pero ha sido un viaje de transformación. He aprendido que el autismo no es una limitación, sino una forma diferente de ser. He aprendido que la diversidad nos enriquece y que todos tenemos algo que aportar al mundo.

Este es mi mensaje para otras personas autistas: No están solos. Hay un mundo por descubrir y un futuro brillante por delante. Aceptense a sí mismos, exploren sus talentos, construyan una comunidad y nunca dejen de luchar por sus sueños.