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Cómo ayudar a una persona autista con la resistencia al cambio



La resistencia al cambio es una característica común en el autismo. Para mí, los cambios en la rutina o en el entorno pueden ser muy perturbadores y generar ansiedad. Sin embargo, a lo largo de mi vida, he aprendido algunas estrategias que me han ayudado a manejar la resistencia al cambio, sin que lo noten los demás. Estas son algunas de las cosas que me han resultado útiles:

Preparación: Es importante que me preparen para los cambios con anticipación. Esto me da tiempo para procesar la información y para adaptarme a la nueva situación.

Información clara y precisa: Es importante que me brinden información clara y precisa sobre el cambio. Esto me ayuda a comprender por qué se está produciendo el cambio y qué esperar.

Visualización: A veces me resulta útil visualizar el cambio antes de que ocurra. Esto me ayuda a prepararme mentalmente para la nueva situación.

Rutinas y estructura: Es importante que se mantengan algunas rutinas y estructuras durante el cambio. Esto me ayuda a sentirme seguro y a tener un sentido de control.

Flexibilidad: Es importante que las personas que me rodean sean flexibles y estén dispuestas a hacer adaptaciones para mí. Esto me ayuda a sentirme comprendido y a facilitar la transición al cambio.

La resistencia al cambio es una parte normal del autismo. Con las estrategias y el apoyo adecuados, podemos aprender a manejar la resistencia al cambio y adaptarnos a las nuevas situaciones.

Este es solo mi caso particular. Cada persona autista es única y tiene sus propias necesidades. Lo importante es que las personas que rodean a las personas autistas sean pacientes, comprensivas y estén dispuestas a trabajar con ellas para facilitar el proceso de cambio.

Juntos podemos construir un mundo más flexible y comprensivo para las personas autistas.