Lo Ultimo

Actitud positiva vs. Creencias limitantes



ÁNGEL SALCEDO - El siguiente post lo inicio con la frase de Eleanor Roosvelt donde expresa que: Tienes que hacer las cosas que crees que no eres capaz de hacer.

En el proceso de nuestro desarrollo personal, esta distinción entre actitud positiva o de crecimiento y actitud fija es una enorme ayuda para cuestionar las creencias limitantes que hemos ido heredando de otros.

Si creemos que esforzándonos podemos mejorar, y actuamos en consecuencia, pierde peso cualquier juicio ajeno sobre cómo somos o sobre lo que podemos o no podemos hacer. La neuroplasticidad es un hecho científico: Nuestro cerebro crece, se regenera, se adapta a nuevas circunstancias.

La buena noticia es que podemos cambiar las creencias que tenemos sobre nuestras propias capacidades: Es posible desarrollar una actitud positiva o de crecimiento, aunque para ello suele ser necesaria una influencia externa.

Un ejemplo de influencia externa seria esta publicación, de lo que piensas sobre tus propias capacidades determina el tamaño de tus sueños. Y el tamaño de tus sueños determina el de tu vida.

En estudios realizados en colegios de Estados Unidos se ha comprobado que es posible inculcar en niños de entornos desfavorecidos una actitud positiva sobre sus propias capacidades.

Cuando asimilan la idea de que con trabajo pueden mejorar, adoptan una actitud positiva hacia el riesgo y el esfuerzo, seleccionan metas más alejadas de su zona de confort, y obtienen mejores resultados académicos.

Los líderes con una actitud fija piensan que las capacidades de sus equipos son limitadas, y que existen empleados ‘superiores’ e ‘inferiores’, con talento y sin él.

Como consecuencia natural, estos gestores no creen en la capacidad de aprendizaje de la organización y lideran de manera personalista, pidiendo a los demás que se limiten a seguir sus directrices. Se rodean de un círculo restringido de colaboradores cuya misión es hacer de correa de transmisión de sus instrucciones.

El resultado son organizaciones en las que se penaliza cualquier desviación de la norma: los equipos tienen miedo a equivocarse, sufren fugas de talento, no experimentan ni asumen riesgos, y por tanto no aprenden lo suficientemente rápido.

También las organizaciones pueden tener una actitud fija o una actitud de crecimiento, inspiradas por sus líderes. En cambio, los líderes con una actitud positiva o de crecimiento creen que las capacidades de su organización están vivas y pueden desarrollarse.

Esto les otorga una ventaja competitiva inmensa: porque en estos tiempos de cambio, el futuro pertenece a los individuos y organizaciones que no cesan de aprender. Piénsalo así: No dejes que tus creencias heredadas limiten tu vida.

En tu vida personal, la actitud fija se traduce en ideas como estas:

Yo no soy bueno en los deportes.
La tecnología no es lo mío.
No se me da bien conocer gente nueva.
Soy muy desorganizado, es lo que hay.
Me han dicho que he hecho algo mal, no tengo futuro en este trabajo.

Estas ideas pueden estar basadas en una experiencia pasada, en la opinión que otros tenían sobre ti hace años, o en hábitos que has mantenido durante mucho tiempo. Sea cual sea su origen, estos pensamientos te llevan a evitar nuevas experiencias en esos campos, y te hacen perder oportunidades en áreas de tu vida que podrían ser importantes para ti.

En cambio, la actitud positiva o de crecimiento consiste en reconocer nuestros puntos débiles, no como una condena, sino para trabajar con ellos y mejorar mediante el esfuerzo y el aprendizaje.

Como te he expresado entre mis líneas, tu creencia respecto a tus propias capacidades determina tu relación con el riesgo y con el esfuerzo, y por tanto influye en las metas que te fijas. Ser consciente de ello es ya un primer paso en la buena dirección. Entonces márcate metas ambiciosas, que tengan un sentido profundo para ti; y aprende por el camino sin importarte lo que piensen los demás.

Si eres un líder o aspiras a serlo, demuestra cada día a los demás que tienes una actitud positiva y crees en su capacidad de mejorar: tolera el error puntual para fomentar el aprendizaje continuo. Mira al fracaso con nuevos ojos: No es más que una oportunidad de aprendizaje, un “aún no” que lo deja todo abierto para progresar.

Desafía tus creencias con la acción constante. Si te han dicho que no eres bueno en algo que te interesa, lee sobre ello, entrénate, practica a diario. Te sorprenderá todo el resultado que obtendrás. Tus creencias jamás deben determinar lo que puedes hacer en la vida, parto que todos tenemos capacidades de salir adelante, solo es proponérselo y punto.