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No tengo habilidades sociales... ¿que hago?


ÁNGEL SALCEDO -
Si bien no cuentan con una definición determinada, todos hablamos sobre ellas. Las habilidades sociales son el conjunto de conductas que nos ayudan a relacionarnos con los demás y que solemos aprender por imitación. 

Configuran nuestra forma de ser frente a los demás y se ponen de manifiesto, por ejemplo, en la forma en la que nos desenvolvemos en una reunión o al empezar una conversación con un desconocido.

Las habilidades sociales han sido estudiadas y analizadas desde la psicología durante varias décadas. De hecho la primera investigación al respecto data de 1949. Precisamente gracias a estos años de investigación podemos clasificar a las habilidades sociales en distintos grupos, que quedarían configurados de la siguiente manera:

Primer grupo. Aquí se encuentran las más básicas como escuchar, iniciar y mantener una charla, dar las gracias, formular una pregunta, presentarse y presentar a una persona, dialogar, tener empatía o hacer un cumplido.

Segundo grupo. Están las habilidades sociales avanzadas, como por ejemplo dar y seguir instrucciones, pedir ayuda, disculparse, participar, dar una opinión y convencer a los demás.

Tercer grupo. Son las habilidades que están relacionadas con lo que sentimos. Por ello se distinguen conocer y expresar sentimientos, comprender las sensaciones de los demás, expresar el afecto, enfrentarse al enojo de los otros, autorecompensarse y resolver los miedos.

Cuarto grupo. Están las que se identifican con el autocontrol, como pedir permiso, ayudar, compartir, querer, negociar, tener autocontrol, responder a las bromas, defender los derechos propios, evitar problemas con terceros y no pelear.

Quinto grupo. En este último se encuentran las habilidades que permiten hacerle frente al estrés. Es decir, formular y responder una queja, resolver la vergüenza, a la persuasión, a la acusación y al fracaso, defender a alguien, enfrentarse a un mensaje contradictorio, prepararse para una conversación complicada y hacerle frente a las presiones.

Dejemos de lado la teoría para ir directamente a la práctica. La parte que es más complicada, pero con la que vale la pena practicar. Las técnicas que puedes probar para ser hábil socialmente son:

·         Presta atención al tono de voz, la postura, la mirada e incluso los silencios del interlocutor. Toda esa información está a tu disposición. Vale la pena que la sepas tomar y usar como herramienta a tu favor.

·         Imagina qué motiva al otro para ser o hacer algo. ¿De qué manera crees que saldría adelante si tuviese un problema?

·         Logra que el otro ponga de su parte. Pregunta ¿cómo estás? Y permite que te responda abiertamente. Muéstrate interesado en sus palabras.

·         No expongas conclusiones. Evita frases como “tu problema es…” o “te equivocas en…” porque de esta manera el otro se cerrará al creer que le vas a dar un sermón.

Reformula tus palabras y frases para que el interlocutor se sienta comprendido. “Creo que esta situación es la que está condicionando tu estado de ánimo”, “me parece que tienes realmente tienes razones para sentirte cansado”, etc.

Ponte en los zapatos de los demás. Haz el esfuerzo de salir de tu cascarón y e intenta pensar por un momento como la persona que tienes al lado o al otro lado del teléfono.

Si mejoras tus habilidades sociales pronto percibirás como tus relaciones mejoran. No tardarás en apreciar como vuelven más ricas y más abundantes. Además, no solamente afectarán a la mejora de tu círculo social más emocional, sino que también te echaran una mano en el mundo laboral!

Gracias por leer este post, espero que te haya gustado y servido. Si deseas una consulta, curso, taller o sesión. Llama al 0412-758.70.96 o escríbeme a: AngelSalcedoj@gmail.com y VenezuelaCool@gmail.com recuerda compartir el contenido para ayudar a los demás con la información.